- “Ahorita ya el líquido casi no se le cae de la boca; ya avienta besos, para la trompita, ya hace gestos, su mejoría es notoria”.
“Me solté a llorar, todavía duele; porque fue un niño muy deseado y cuando él nació, yo decía: ¡ay, Dios mío!, tanto que yo te pedí un hijo me lo tuviste que mandar así, pero yo lo amo, es mi vida”, expresó Claudia Rodríguez, mamá de Tadeo, un pequeño que nació con una malformación en su oreja derecha y debido a eso, sufrió una parálisis facial desde su gestación, la cual sigue afrontando a sus dos años de vida.
“Un día vine y me hicieron una cita y encontré una esperanza para mi niño”, expresó con lágrimas en los ojos, relatando que hace seis meses, pisó por primera vez las instalaciones de la Unidad Básica de Rehabilitación (UBR) del Sistema DIF Bahía de Banderas, que dirige la L.T.S. Ana Esperanza Berumen de Cuevas.
Agregó que no habían tratado a Tadeo porque no tenían la manera de llevarlo con un genetista, “aquí la señora Ana, nos ha apoyado con los estudios que se le han hecho” y agregó que ha sido un proceso largo y difícil para su familia, pues han tenido que afrontar miedos en las múltiples consultas y estudios que le han realizado a su pequeño hijo, “está recibiendo terapia electromagnética, que son unos toquecitos en sus nervios faciales, compresas calientes y me enseñaron como manejarlo en casa”.
La historia poco a poco va cambiando, desde hace dos meses, Tadeo es atendido por los especialistas en terapia física en la UBR y ha tenido un avance positivo, “cuando lo empezamos a traer, él no podía tomar con popote y ahorita ya el líquido casi no se le cae de la boca; ya avienta besos, para la trompita, ya hace gestos, su mejoría es notoria”, comentó Claudia, quien conversa con una amplia sonrisa en su rostro, orgullosa de los avances de su hijo y agradeciendo el apoyo incondicional del DIF.
“Yo aquí me siento muy tranquila, muy feliz, viendo el avance de mi niño; porque todos aquí lo quieren y él es feliz aquí, le gusta venir al DIF” señaló, mientras se limpia las lágrimas y agrega que para ella y su esposo, la orientación y apoyo que han recibido en el DIF ha sido una bendición para la vida de su hijo y destacó que contar con un espacio adecuado, médicos y especialistas que dan todo de sí, para que otros aumenten su calidad de vida, es algo que no tiene precio.
“Para mi es una esperanza, una gran ayuda. Yo no sabía bien que tenía mi niño y cuando llegué al DIF me sentí en confianza con el doctor, le pregunto todo y siempre es amable; los terapeutas para mí, son como ángeles, tratan muy bien a los niños; te sientes bien al llegar aquí y recibir la ayuda; porque pagar una clínica particular es muy caro y tenerlo aquí, que no te cuesta y ves las mejorías”, comentó.
Agradeció la calidez con que su familia fue atendida personalmente por la señora Ana Esperanza Berumen de Cuevas , “yo no tenía el gusto de conocerla y cuando venimos nos brindó su apoyo; ella nos recibió en su oficina y me dijo que por la tarde me llamaría, y si, lo hizo ella, personalmente. Si no tiene las cosas aquí, busca la manera de ayudar.
Finalmente, la señora Claudia comentó que ha animado a algunos de sus vecinos en situación vulnerable a acercarse y exponer su problema, ya que hay esperanza para todos, “yo quiero decirle gracias y que Dios la bendiga, porque como su nombre lo dice, ella ha sido una esperanza para mi familia y no me voy a cansar de agradecerles a todos los que nos atienden aquí” finalizó . #EsperanzaParaTodos
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